miércoles, 23 de diciembre de 2015

Bajad, nos dirán.

Ya te echo de menos y no te has ido. Aún permanece tu calor en mi cama y ya estoy muerta de frío pensando en que esta noche no estarás para salvarme una vez más de mis monstruos; las sábanas aún conservan tu forma y no puedo dejar de pensar que no estarás para abrazarme y decirme que todo irá bien. Me había acostumbrado a tu ausencia y de repente vuelves a aparecer para desordenarme en tantos sentidos que he vuelto a perder la cuenta.
Había olvidado lo que era amanecer bajo tu atenta mirada, lo que era perderme en esos ojos que con tanto cariño me observan. Había olvidado cómo mi piel te reconocía poniéndose de gallina al mínimo roce con tus dedos y cómo nuestras manos sabían la forma exacta para encajar a la perfección.
Siempre es verano a tu lado, y hoy el invierno se hace eterno sin tu voz.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Del todo a la nada.

Dibujé carreteras en tu espalda con mis uñas
mientras tú me hacías tuya con cada caricia,
con cada beso en cada rincón escondido de mi cuerpo.
Me quedé dormida al calor de tus abrazos,
y desperté con la luz de tus ojos que me observaban soñar contigo.
Me aprendí de memoria cada uno de tus gestos,
el lugar exacto de aquel lunar en tu cara
y la sonrisa que dibujabas cada vez que hablabas de tus pasiones: la música y la pintura.
Fuiste un mundo, mi mundo.
Y digo fuiste porque entonces caminaste entre mis escombros,
y hoy ya no quedan ni las cenizas.
Soplaste cada gramo de ti que quedaba en mí
con el balazo directo a mi corazón cuando desapareciste
y pasaste a ser nada más que una foto colgada en la pared.
Pudiste ser todo y te has quedado en nada;
te pude dar tanto y no quisiste ni las migajas.

Ahora tú me has olvidado, no recuerdas casi ni mi nombre.
Ahora yo no recuerdo quién eres, ni cómo de alto me hiciste volar.

Maldita la casualidad.

Te busqué tantas noches sin saberlo que encontrarte aquel día detrás de cada casualidad fue lo más irreal que me había pasado en mucho tiempo. Las casualidades y yo no nos llevamos demasiado bien, y aunque yo la amo, siempre pone distancia de por medio entre mi corazón y mi pecho, y hace que la odie como a pocas cosas en la vida. 
Cada día le pregunto por qué te tuvo que poner en medio, por qué permitió que me dejase llevar de esta manera hasta destruirme mis finales y dejase abierta la puerta que otros cerraron de un portazo. Maldita ella entre todos devenires del cosmos. 
Maldito tú entre todos los tequilas de aquella ciudad.
Maldito este corazón que sin quererlo te echa de menos.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Deberes.

Te debo mil noches de insomnio con tu nombre,
cien noches pegada a tu voz.
Te debo despedidas y bienvenidas entre tus brazos,
tantas noches eternas de verano
que desde que el frío se instaló en mi cama
ya no sé cómo entrar en calor.

He perdido la cuenta de los besos que te debo,
de abrazos que se quedaron en la reserva,
de 'te quieros' a punto de estallar.

Aún no entiendo cómo conseguiste
abrirte paso entre mis muros,
cómo abriste corazón y piernas,
cómo erizaste mi piel con tan sólo mirarme
como solo TÚ me miras.

Te debo días que nos quedan por vivir
y distancias que destruir.

Te debo tanto que me has dejado pobre con tu ausencia,
esa de la que ya no sé huir,

martes, 13 de octubre de 2015

Magari.

Entonces me miraste y me rogaste un beso bajando la mirada hacia mis labios. Yo cerré los ojos en señal de "no debemos, pero por favor, hazlo. Bésame." Y me debiste de leer la mente a la perfección, porque tras unos segundos, tras acercarnos unos centímetros más; tímidos, casi inexpertos como quien da su primer beso...nuestros labios volvieron a encajar como las piezas perdidas de aquel puzzle que un día nos negamos ser. Parecía que nunca antes nos hubiésemos besado, que nunca antes nos hubiésemos conocido. Cada beso parecía calcular el golpe, parecía medir la ternura de aquel preciso instante que grabaríamos a fuego en las retinas de nuestro corazón. Qué fácil lo hacías todo, qué fácil hacías el que quisiera quedarme a vivir en ese preciso instante en el que retirabas mi pelo para besar mi cuello mientras me abrazabas por la espalda. Qué fácil hacías el quererte cada día un poco más, pero qué difícil era convivir con tu pasado y la distancia. "-¿Y si no salimos de la cama nunca más? - Te acabarían echando en falta en el trabajo y la universidad, ojalá fuera tan fácil." Ojalá pudiese parar el tiempo en aquella sonrisa que amanecía a mi lado tras aquella maravillosa noche de verano en la que empecé a comprender que me estaba perdiendo en el laberinto de tu vida, de tu ser.
Una vez más dejamos nuestro destino en manos del tiempo y dejamos que sea él quien decida si merece la pena lucharnos, que sea él quien decida si, a pesar de todo, seguirás esperando al final del camino. Ojalá, no sea demasiado tarde.

jueves, 1 de octubre de 2015

Suéltate.

Abrázame, no me sueltes. Abrázame fuerte y acaba con este nudo en la garganta que no me deja respirar. No me sueltes, por favor, no me sueltes o todo habrá terminado. No me sueltes, o volveré a derrumbarme. Volverán a caer mis muros, esos que tras tantas batallas perdidas ya no voy a saber cómo reconstruir. No te vayas, por favor no me dejes con este vacío que marca tu ausencia, con estos 'te quieros' atragantándome las ganas de reír, con estos recuerdos que queman todo a su paso dejando que las cenizas inunden mis pulmones. No cierres la puerta, no permitas que nos alcance el invierno, no dejes que el frío congele nuestro verano.
Pero te irás, me soltarás y entonces no habrá nada más que el frío de este invierno gris.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Re:stacks

Siempre he pensado que nadie irrumpe en tu vida de forma aleatoria, todos los que llegan a ella son para cambiarla y dejar su huella más o menos grande. "Podría unir mi vida uniendo casualidades" y esta vez puedo decir que me he topado con una de las más bonitas que han pasado por mi vida y que no me dejarán indiferente.

Cuando piensas que la vida no puede sorprenderte, que no va a haber nadie capaz de hacerte recuperar la ilusión que se te quedó por el camino, cuando piensas que lo tienes todo controlado...entonces, aparece (al final de la barra de un bar) ese caos que sin quererlo llevabas tanto tiempo buscando, esa bocanada de aire fresco que necesitabas para revolverlo todo en ti. Y así, tras el amargo sabor del limón y la sal comienzas a notar en tus labios el dulce sabor de los suyos. Lo niegas, quieres pensar que es una simple ilusión que el calor trajo consigo y que lo que estás viviendo es un simple oasis en el desierto que es tu corazón. Pero se empeña en pellizcarte y hacerte saber que no es un sueño, que puede que sea efímero pero es real, que es ahora.  Y te pierdes. Te pierdes en noches eternas descubriendo rincones que jamás habrías soñado conocer, en paseos en los que las manecillas del reloj juegan en vuestra contra; te pierdes en tardes de chocolate caliente en pleno agosto, en sus ojos cuando tras una cerveza te mira con la ilusión de un niño y te dice que quiere ir a ver los chorros de colores, en los abrazos buscando el calor en una piscina en la que a pesar de estar rodeados de gente parece que estéis solos... en un verano que no quisieras que se acabase nunca.


Siempre que escuche esta canción te recordaré recostado en mis piernas y notando cómo las barreras empezaban a caer. Gracias por la música, las noches y todo lo que se queda para nosotros. Gracias por ser tú y dejarme ser contigo. 

miércoles, 24 de junio de 2015

Y entonces...caos.

Huele a velas consumiéndose, mientras me guías por el pasillo por el que voy a tientas y a ciegas, como por tu vida. Entonces oigo la puerta abrirse, me destapas los ojos, y mientras los abro comienzo a oír Golosinas de Miss Caffeina de fondo. Y mi inocencia comienza a desnudarse y a perderse junto con mi aliento, ese que me robaste entre las mil caricias que repetiríamos aprendiéndonos de memoria.
Y entonces...caos. El precipicio al que nos asomábamos mientras jugábamos a ser gigantes se convirtió en un abismo. Quién nos iba a decir cuando dejábamos que el tiempo hiciese su función, que hoy seríamos sólo un recuerdo, que alguien ocuparía mi puesto y yo te buscaría en otros brazos.

martes, 23 de junio de 2015

Coraz-off

Se secó. No sólo las lágrimas, se secó el corazón de sentimientos. Secó las heridas y las convirtió en cicatrices ardientes, como cuando te quemas y aunque pasen los días al pasar el dedo sigue escociendo. Convirtió las cenizas de los cimientos que un día construyó, en la mayor de las barreras, en la coraza más fuerte que jamás había erigido.
Se prometió que nadie volvería a romperla con la facilidad con la que había sido rota, se prometió no volver a entregar su corazón a la primera de cambio, se juró que costaría mucho volver a romper esas barreras. Se había convertido en lo que siempre había renegado. Razón sobre sentimiento, coraza antes que corazón.

domingo, 7 de junio de 2015

Una foto en la pared

No nos reconocí. Aquellos no éramos ni tú ni yo.
¿Quiénes eran aquellos extraños inmóviles en el papel?

¿De verdad éramos nosotros? Entonces no supe si los extraños eran los que se reflejaban en aquella foto o los que hoy nos estábamos mirando a los ojos. No entendía cómo teniéndote por fin tan cerca de nuevo, podía sentirte tan jodidamente lejos. ¿Alguna vez fuiste feliz a mi lado?¿Alguna vez conseguí que tu sonrisa traspasase la pantalla de alguno de nuestros smartphones? Si es así, ¿por qué tus ojos hoy me devuelven mi mirada perdida?¿Por qué no soy capaz de ver otra vez a través de ti? Lo que siempre quise evitar me está dando un bofetón sin saber cómo hemos llegado a esto y ya no es tristeza lo que me invade. Es rabia, impotencia, ganas de gritarte a la cara que pudimos dar más, mucho más; y comerte de nuevo a besos. Porque sí, el hombre (en este caso mujer) es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Yo, por otra parte, tropezaría conscientemente una vez más, como tantas otras  veces he hecho con tu piedra. La cogería y la recolocaría de nuevo en mi camino, me lanzaría al abismo con ella si fuese necesario, pero tú te cansaste de estar atado a mí y no quisiste que tropezase más contigo. Te apartaste de mi camino intentando que no corriese de nuevo a ti para caer en tus defectos y tus virtudes, para no caer en tus brazos, para no perderme en el firmamento de tu espalda... Nunca fuiste de grandes promesas, nunca quise creer algunas de aquellas que firmamos con un beso... sin embargo siempre me aferré a lo que habíamos construido, a todos los cabos sueltos que ataste en mí y que hoy siento que se han vuelto a desatar, destrozando aquel telar que un día conseguimos tejer juntos. Juntos,  como pensé que de una manera o de otra estaríamos siempre. Lo siento, sé que no te gustan ciertas palabras, sé que rozarías la rabia si algún día me leyeses...pero te echo de menos más de lo que debería y más de lo que en el fondo quiero reconocer. Vuelve, creo que te sigo esperando.

lunes, 27 de abril de 2015

No.

No. Ya no te voy a encontrar en más incendios, ya no serás tú el que cosa mis heridas con sus abrazos. No, no vas a volver con tu sonrisa a enamorarme, no vas a sonreírme al despertar. No me volverás a decir 'buenos días' con un beso, no me volverás a buscar las cosquillas y los orgasmos. No vas a levantar el vuelo y mi falda para esconderte otra vez entre mis piernas. No volverás a pedirme más abrazos ni más helado los sábados, mientras adivinamos los dobladores de nuestras películas favoritas. No. No volveré a encontrarte en cada letra de cada canción, no serás tú el que arregle mis días con un "¿vamos al cine y luego cenamos en casa?". No volveré a coger la bicicleta ni una barca en el Tormes para olvidarnos de que es domingo. No volveré a hacer más poemas con tu nombre ni serás tú el que esté al final de camino. No.


Y por más que me lo repita, no termino de creérmelo. No termino de creer que de aquel incendio ya no quedan ni las cenizas. Nunca leerás estas letras, fingiré que estoy bien, sonreiré y te diré que te he olvidado, que ya no dueles... para intentar también mentirme a mí misma. Pero no olvides nunca, que nadie te querrá ni una décima parte de lo que te he querido yo, y nunca nadie tendrá tu papel en mi vida ni el mío en la tuya.

"Después de ti me construí un refugio de invierno"

jueves, 2 de abril de 2015

¿Adiós?

El día que deje de escribir de ti, habrá acabado definitivamente. Sólo cuando dejes de ocupar mis pensamientos, dejes de ser mi tinta y mi inspiración, sólo entonces te habré dicho adiós definitivamente. Mientras tanto me queda quererte una vez más en la sombra, seguir escribiéndote cartas que nunca leerás, seguir buscándote en mis sueños cuando te tengo tan lejos en la realidad... Creo que nunca llegaré a ser consciente, ni siquiera yo misma, de lo muchísimo que te he llegado a amar y de todo lo que habría dado por ti si hubiésemos luchado un poquito más ambos. Cuando pensé que ya no podría caer más, romperme más; cuando pensé que ya no dolerías, que te había olvidado...me demuestras lo equivocada que estaba y lo muchísimo que te echaba y echo de menos.
Esta noche hace más frío del habitual y es que tu lado de la cama se siente más vacío que nunca con tu ausencia sentada junto a mí recordándome que tu calor ocupó su sitio una vez. Me atormentan tus fantasmas, tus recuerdos no me dejan dormir. Me recuerdan que tú duermes acompañado mientras yo abrazo a la tristeza de haberte perdido una vez más, que ya me has olvidado mientras yo sigo hundiéndome en el mar de todos los recuerdos felices que fuimos construyendo años atrás. Has cambiado tantísimo mi vida, has dejado una huella tan sumamente enorme en mi piel y en mi ser, que nunca seré capaz de borrarte. Y tampoco me voy a esforzar en intentarlo.
No, esto no es una carta de despedida, y por el momento no la habrá, sólo quería decirte que te echo de menos, que te sigo queriendo y que quiero que seas todo lo feliz que yo no he sabido hacerte. Decirte que recuerdo que un día me dijiste "siempre tuyo" y hoy se te quedaron grandes esas palabras, pero que también sé que siempre que te necesite vas a apoyarme.
Gracias por siempre.

domingo, 1 de febrero de 2015

Sweet disposition.

Suena la alarma que indica que se nos acaba el tiempo,
que toca despertar
que todo esto fue un sueño
y es hora de volver a la realidad.
Y no quiero.
Firmaría un pacto con el diablo
por quedarme aunque fuese un minuto más
entre tus brazos, sin salir de la cama jamás.
Y es que mi asignatura favorita es contar tus lunares
y repetiría mil veces el curso de tu sonrisa.
Pero, como siempre ha sucedido, el tiempo corre en nuestra contra,
las agujas del reloj nos traicionan.
Mientras tu reflejo se peina,
yo estoy despeinándote el alma con la mirada
rogando por secuestrarte una vez más entre mis piernas,
enredarme en tu barba y no salir jamás de ahí.
Que tus ojos serían los soles de mi universo y tus labios mi sustento.

martes, 27 de enero de 2015

Oblivion

Olvidas que te olvidé
que pensé que ya estabas muy lejos
Olvidas, corazón,
que fuiste tú el que huyó
Que fuiste tú el que se cargó
nuestra primavera con el invierno de tu voz
cuando te fuiste.
Fuiste, fuimos grandes,
nos creímos gigantes,
que nada podría tocarnos
que nada podría matarnos
que nada podría encerrarnos
y así, acabamos siendo nuestros propios tiranos.
Olvidamos el dolor, olvidamos
que por un instante olvidé
y volvimos a perdernos entre besos,
entre versos, entre nuestros dedos.
Se quemaron las lágrimas,
se fundieron nuestras lenguas.
Olvidando por un segundo eterno

que un día nos dimos el mundo entero.

Queriéndo(te) que es gerundio.

Quizá sepa con demasiada certeza que me estoy equivocando
que jugué con fuego y me estoy quemando
pero no soy capaz de apartarte de mi lado.
Tal vez en el fondo me estoy recuperando
y puede que este solo vuelva a ser el principio que estábamos esperando.
Nunca he dejado de escribirte,
y dicen que ciertas palabras no dejan de reflejarte
que quizá perdí demasiado tiempo intentando olvidarte

y que ese sea el problema, que no he conseguido apartarte.

Confesiones.

Siempre he sido alguien que se aferra a sus sentimientos con demasiada fuerza, me he abrazado a la última milésima de segundo que me quedaba de un beso y he vuelto con demasiada frecuencia a los recuerdos de algo, o más bien alguien, que me hizo tan feliz como para que sigan existiendo ciertas cicatrices. Sí, esas que cuando va a llover duelen. Quizá por eso he derramado tantas lágrimas por esperar que se cumpliesen mis expectativas, por creer que una brizna de lo que fuimos sigue en su interior, por esperar que cuando más lo necesito darán la mitad de lo que yo daría.
Pero entonces, me sorprenden con la tontería más grande, pero que para mí es el mundo entero y cobran sentido los minutos, los días, los meses o incluso los años de espera. Una llamada inesperada, un mensaje de ánimo cuando más lo necesitas y no has dicho nada, un abrazo por la espalda, un beso sorpresa en la mejilla... pequeños detalles que pueden parecer insignificantes y que sin embargo son los que más vida dan a mis días.