miércoles, 23 de enero de 2013

Broken.

La sonrisa más grande del mundo puede esconder detrás a la persona más rota del universo.

Cuando la sal comienza a inundar tus mejillas y tus ojos es cuando empiezas a plantearte que estás roto. Durante el día vas cargando con un peso a veces mayor del que puedes soportar y cuando llega el final del día, la carga te aplasta y te hace pequeño, muy pequeño. Pero aún así, tratas de ser fuerte y fingir que estás bien, y sonríes para hacerles más fácil (o intentarlo) las cosas a los que quieres. Sólo tus ojos gritan lo que tu sonrisa esconde :"¡Eh, ayuda! Estoy cansado de llorar, de fingir que todo va sobre ruedas..." Y sin embargo, nadie puede ayudarte, nadie más que tu almohada; la que soporta tus lágrimas más amargas. Y llega un punto, en el que ya no sabes por qué lloras, y se te secan las lágrimas, se agota el depósito.

lunes, 14 de enero de 2013

Fui cosiéndote a mi clavícula.


Quizá es demasiado tarde para intentar escapar de tus brazos y arrepentirme de haberme enamorado, y probablemente, ni si quiera necesite arrepentirme ni escapar. La comodidad y el calor de tus (a)brazos , no los cambio por nada; la suavidad de tus labios es una droga de la que ya no me quiero desenganchar. Apareciste de casualidad, como lo más bonito de mi vida, haciéndome reír desde el primer momento en que crucé una palabra contigo, cuando más lo necesitaba; y desde entonces no has dejado que me alejase ni un centímetro de ti. Me fuiste ganando poco a poco, hasta que un día me di cuenta que no podría sobrevivir al día a día sin ti, que mis días iban a ser mucho más grises si tú no estabas en ellos. Y desde ese momento, decidí, que no podía dejarte escapar, que cada segundo a tu lado era un regalo que no iba a desaprovechar.

viernes, 11 de enero de 2013

Gris.

Hoy no estoy para nadie. No, ni si quiera para ti. Ni siquiera para que tus labios vengan a alegrarme el día. Hoy siento que necesito alejarme hasta de mí, de aclararme y de dejar a un lado todo. Hoy, siento que necesito llorar un poco, y que se vayan todos mis pensamientos con las lágrimas. Todo, que sólo quede espacio para lo imprescindible (tú, yo y mis imprescindibles). Hoy ni si quiera quiero abrazos. Sólo quiero envolverme en el nórdico y que pase este día. No me preguntes por qué, no lo sé ni yo. No me digas que estoy mal, porque ni si quiera sé si estoy. Simplemente, necesito respirar.

miércoles, 9 de enero de 2013

Así me perdí en mi universo.

Quizá me acostumbré demasiado rápido a esa sonrisa que me enganchó a tus labios. Los mismos labios que pronuncian palabras que jamás nadie me ha dicho y que mis oídos jamás han asimilado con tanta facilidad, como si fuera una melodía que no pudiera parar de escuchar. Quizá mi piel no asimile nunca el contacto con tus dedos, pero tampoco olvidará su recorrido. El negar lo evidente puede que es lo que lo hiciese cada día más fuerte. El ver que si no estabas cerca te echaba de menos,me hizo darme cuenta de que eras y eres más imprescindible para mí de lo que hubiera imaginado.

Desordename.


No ceso de escribir canciones en el pentagrama de tus lunares, de marcar cada nota con mis huellas sobre tu espalda, de morirme por besarte incluso en sueños. Intento que no se apodere de mí el miedo, que en mi día a día sólo exista tu sonrisa irreal. No me explico aún con todas las pruebas y certezas que tengo cómo se puede llegar a querer tanto y cómo una persona puede llegar a convertirse en el centro, el tu brújula y en tu mapa, cómo el resto del mundo deja de cobrar sentido cuando esa persona está a tu lado.

Hace frío, mucho, es cosa del tiempo, sí, del tiempo que paso sin tenerte entre mis brazos, del tiempo que pierdo cuando no beso tus labios. ¿El clima dices? No le eches la culpa a quien no a tiene, que bien sabes 
que es tu calor el que necesito y no el del sol para sobrevivir a este caos  que tiene por nombre “vida”.

Tiendo a ser desordenada, a que tanto mi mesa como mi cabeza sean un completo desastre, pero desde hace más de un año llegaste para imponer tu orden. Y aún no te has ido, ni espero que lo hagas, mi músculo más frágil no soportaría un golpe así, no después de que fueses tú el que lo reconstruyese.
Soy un desastre, lo sé, una impuntual, una loca perdida en la cordura; pero cuando se trata de ti, me sobran horas para estar a tiempo a tu lado, me sobran motivos para ordenarme y desordenarme a la vez.
No soy perfecta, ni pretendo serlo, pero a tu lado soy un poquito mejor.