Cada día le pregunto por qué te tuvo que poner en medio, por qué permitió que me dejase llevar de esta manera hasta destruirme mis finales y dejase abierta la puerta que otros cerraron de un portazo. Maldita ella entre todos devenires del cosmos.
Maldito tú entre todos los tequilas de aquella ciudad.
Maldito este corazón que sin quererlo te echa de menos.
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