lunes, 27 de abril de 2015

No.

No. Ya no te voy a encontrar en más incendios, ya no serás tú el que cosa mis heridas con sus abrazos. No, no vas a volver con tu sonrisa a enamorarme, no vas a sonreírme al despertar. No me volverás a decir 'buenos días' con un beso, no me volverás a buscar las cosquillas y los orgasmos. No vas a levantar el vuelo y mi falda para esconderte otra vez entre mis piernas. No volverás a pedirme más abrazos ni más helado los sábados, mientras adivinamos los dobladores de nuestras películas favoritas. No. No volveré a encontrarte en cada letra de cada canción, no serás tú el que arregle mis días con un "¿vamos al cine y luego cenamos en casa?". No volveré a coger la bicicleta ni una barca en el Tormes para olvidarnos de que es domingo. No volveré a hacer más poemas con tu nombre ni serás tú el que esté al final de camino. No.


Y por más que me lo repita, no termino de creérmelo. No termino de creer que de aquel incendio ya no quedan ni las cenizas. Nunca leerás estas letras, fingiré que estoy bien, sonreiré y te diré que te he olvidado, que ya no dueles... para intentar también mentirme a mí misma. Pero no olvides nunca, que nadie te querrá ni una décima parte de lo que te he querido yo, y nunca nadie tendrá tu papel en mi vida ni el mío en la tuya.

"Después de ti me construí un refugio de invierno"

jueves, 2 de abril de 2015

¿Adiós?

El día que deje de escribir de ti, habrá acabado definitivamente. Sólo cuando dejes de ocupar mis pensamientos, dejes de ser mi tinta y mi inspiración, sólo entonces te habré dicho adiós definitivamente. Mientras tanto me queda quererte una vez más en la sombra, seguir escribiéndote cartas que nunca leerás, seguir buscándote en mis sueños cuando te tengo tan lejos en la realidad... Creo que nunca llegaré a ser consciente, ni siquiera yo misma, de lo muchísimo que te he llegado a amar y de todo lo que habría dado por ti si hubiésemos luchado un poquito más ambos. Cuando pensé que ya no podría caer más, romperme más; cuando pensé que ya no dolerías, que te había olvidado...me demuestras lo equivocada que estaba y lo muchísimo que te echaba y echo de menos.
Esta noche hace más frío del habitual y es que tu lado de la cama se siente más vacío que nunca con tu ausencia sentada junto a mí recordándome que tu calor ocupó su sitio una vez. Me atormentan tus fantasmas, tus recuerdos no me dejan dormir. Me recuerdan que tú duermes acompañado mientras yo abrazo a la tristeza de haberte perdido una vez más, que ya me has olvidado mientras yo sigo hundiéndome en el mar de todos los recuerdos felices que fuimos construyendo años atrás. Has cambiado tantísimo mi vida, has dejado una huella tan sumamente enorme en mi piel y en mi ser, que nunca seré capaz de borrarte. Y tampoco me voy a esforzar en intentarlo.
No, esto no es una carta de despedida, y por el momento no la habrá, sólo quería decirte que te echo de menos, que te sigo queriendo y que quiero que seas todo lo feliz que yo no he sabido hacerte. Decirte que recuerdo que un día me dijiste "siempre tuyo" y hoy se te quedaron grandes esas palabras, pero que también sé que siempre que te necesite vas a apoyarme.
Gracias por siempre.