jueves, 10 de marzo de 2011

Despierta pequeña, despierta.

De pequeñitos nos enseñan a creer en los cuentos de hadas, Disney nos mete en la cabeza que un día encontraremos a nuestro príncipe azul o princesa (respectivamente) y la fantasía y la esperanza salen por cada poro de nuestro cuerpo.
Pero llega un momento de tu vida cuando crees haber encontrado a ese príncipe o princesa, cuando crees que no puedes ser más feliz, cuando crees rozar el cielo, que algo te hace caer. Esta caída es tan brusca, que todo en lo que habías creído, soñado, etc. se rompe en mil pedazos, destruyendo así toda teoría. Después de esta caída, sabes que algún día volverás a levantarte, pero también sabes que no volverás a ese verano emocional, que nunca será lo mismo, y todo lo que sientas no te será ni parecido a lo que un día sentiste. No te queda nada por sentir, nada por dar… te esfuerzas y sigues buscando a alguien que despierte algo más en ti. Pero te vuelves desconfiada y tienes tanto miedo que no puedes o te cuesta horrores empezar de 0, sientes que necesitas que alguien te despierte de ese largo letargo emocional en el que te encuentras.
"Pretty, pretty, please. Don't you ever feel, like you're less than fucking perfect?"

lunes, 7 de marzo de 2011

Comparaciones.

Malditas comparaciones. Muchas veces las hacemos inconscientemente y a veces duelen. Otras veces las hacemos para autoconvencernos de que una decisión ha sido la correcta, otras para ver que no es así. Otras simplemente, en vez de pedir explicaciones, pides una comparación. Pero, ¿por qué las hacemos si sabemos que cada situación, cada persona… es diferente?  Quién sabe. ¿Para hacernos creer que otro se ha equivocado y  que nosotros éramos mejor elección? ¿Para vivir con esa satisfacción?
Sólo cada uno conoce la respuesta a esta pregunta…
Y dime… ¿Cuál es tu razón?