miércoles, 19 de octubre de 2016

Sed

No te pude contener, es cierto, pero supongo que tampoco quise. Me costó frenar las ganas de besarte, aún sabiendo que sería mi última perdición.

"El vendaval se llevó todo lo que quedaba de nosotros, tranquila". ¿Todo?¿Estás seguro?¿Y cómo es entonces que siempre nos volvemos a encontrar? Te las ingenias siempre para aparecer al final del camino con tu puta sonrisa como si nada hubiese pasado, como si mis ruinas las hubiese creado otro.

Ahora llueve y no puedo evitar pensar en ti, no puedo evitar dejarme engullir por tu recuerdo. Por tus manos recorriendo mi cuerpo hasta aprendérselo de memoria como si de un atlas me tratase y dibujases una ruta por tus países preferidos, por tus ojos creando constelaciones sin querer al mirarme y contar mis lunares. Que sí, siempre fueron tuyos igual que mis cicatrices.

Pero estás lejos y esto, tan sólo es una ilusión, un sueño que nunca fue. O fue a medias. Siempre a medio camino, siempre con la historia sin acabar. Sin acabarnos, siempre bebiendo nuestros restos y quedándonos con sed. Sed por brindar por los días no vividos y vivir de nuevo, sed de un nosotros que nunca empieza y siempre acaba, que siempre empieza y nunca acaba.