lunes, 9 de noviembre de 2015

Del todo a la nada.

Dibujé carreteras en tu espalda con mis uñas
mientras tú me hacías tuya con cada caricia,
con cada beso en cada rincón escondido de mi cuerpo.
Me quedé dormida al calor de tus abrazos,
y desperté con la luz de tus ojos que me observaban soñar contigo.
Me aprendí de memoria cada uno de tus gestos,
el lugar exacto de aquel lunar en tu cara
y la sonrisa que dibujabas cada vez que hablabas de tus pasiones: la música y la pintura.
Fuiste un mundo, mi mundo.
Y digo fuiste porque entonces caminaste entre mis escombros,
y hoy ya no quedan ni las cenizas.
Soplaste cada gramo de ti que quedaba en mí
con el balazo directo a mi corazón cuando desapareciste
y pasaste a ser nada más que una foto colgada en la pared.
Pudiste ser todo y te has quedado en nada;
te pude dar tanto y no quisiste ni las migajas.

Ahora tú me has olvidado, no recuerdas casi ni mi nombre.
Ahora yo no recuerdo quién eres, ni cómo de alto me hiciste volar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario