viernes, 12 de abril de 2013

Atrévete a acompañarme.

Cuando aprendí a desengancharme del amor, apareciste tú y le diste treinta vueltas de campana a mi vida haciendo que esa droga corriese por mis venas de nuevo y más fuerte que nunca. Cuando me prometí que no rompería mi coraza, que no dejaría que nadie volviese a entrar en mi vida con tal intensidad apareciste con esa sonrisa que rompe todo esquema. Cuando por fin conseguí levantarme de un duro golpe, llegaste para hacerme caer de nuevo, pero esta vez en tu gravedad. Y cuando creí que cumpliría mis "yo nuncas", cuando creí que no volvería a sonreír como un día me hicieron sonreír, te cruzaste en mi camino, quizá por casualidad o quizá porque tarde o temprano tenías que estar en mi camino para recordarme que no puedo desintoxicarme de ti, que no hay coraza que valga si estás a mi lado, que hay que caer para repetir o remendar errores, que la palabra "nunca" no puede estar en mi vocabulario, y que aunque las cosas son diferentes siempre habrá algo o alguien que te hará sonreír por encima de toda dificultad, y hoy y por (espero) mucho más tiempo, tú serás ese alguien, ese motivo por el que luchar cada día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario