miércoles, 19 de junio de 2013

Come up to meet you.

Caminaba nerviosa, le temblaba el labio inferior, "The Scientist" en sus cascos, y conforme se acercaba a su destino se iba intentando autoconvencer de que estuviese tranquila, de que no tenía por qué estar nerviosa. Pero entonces le encontró al final del pasillo, sin esperarlo, y se podría haber adivinado en su gesto el momento preciso en el que se alegró de verle, pero también el momento preciso en el que se rompió por dentro un poco más cuando le abrazó. Ahogó sus lágrimas en una sonrisa aliviada de tenerle entre sus brazos, pero sabiendo que en el momento en el que su orgullo se lo permitiese, rompería a llorar. Hablaron como si todo siguiese como antes. Ella quería gritarle lo que con la mirada intentaba transmitirle: que le echaba de menos, que no podía seguir sin él, sin esa sonrisa tan suya, que octubre sería más frío si él no estaba a su lado, que daría todo una vez más por él. Él apartaba la mirada, y ella no sabía si era porque no quería que adivinase nada en su gesto o por miedo a encontrarse con sus ojos, encontrarse con todo lo que ella quería decir.

Ella siempre pensó que las lágrimas eran pedacitos de alma que escapaban cuando se rompía. Y ya no sentía que tuviese más alma cuando él se fue.

"Nombrarte bajito, hoy casi te olvido."

No hay comentarios:

Publicar un comentario