viernes, 16 de diciembre de 2011

Querido General Sherman.

Querido General Sherman,
Le escribía para darle las gracias por prestarme la comodidad de sus ramas y decirle que en su copa se está como en ningún sitio, a más de 83 metros del suelo. Casi no llega el oxígeno, pero es parte de su comodidad. Quizá hace un poco de frío, pero sus ramas me protegen. Le informo de que ,si no le resulto molesta, volveré dentro de poco, ya que los ojos de aquel pájaro que vivía en su copa en cierto modo me cautivaron. No sé si fue la falta de oxígeno o la comodidad de sus ramas, pero me sentí como si nada fuera real, como si mis alas se hubieran quedado paralizadas entre aquellas hojas, ya que cuando tuve que descender de su copa, a cada aleteo me sentía más débil, más dentro de la realidad y con ganas de volver en ese mismo instante al calor de sus ramas. Prométame que aquel pájaro volverá y yo estaré allí, para averiguar qué es lo que me hace querer volver a verle...
"Para siempre es mucho tiempo, una noche poco rato. Me jugaría la boca por morder tus labios"

No hay comentarios:

Publicar un comentario