domingo, 19 de mayo de 2013

Día 3.

No cambiaría ni un ápice de esto, simplemente nos infundiría más valor a ambos para intentarlo y no dejar que sea el tiempo el que decida por nosotros. Despertar ahogada, sobresaltada y con el corazón queriendo salir de mí no es lo peor de tu partida. Lo peor es la sensación de soledad, el vacío que has dejado en mí, el saber que no te volveré a besar, a tener cerca, a abrazar, a acariciar, a ser la razón de tu sonrisa...al menos no como entonces. Vivo en un constante shock porque aún no me creo que te hayas ido, que al final del día no vaya a verte, a sentirte...me niego a creerlo, me niego a creer que te he perdido a pesar de que cuando lo necesite sé que estarás ahí con tu pícara sonrisa y con tus miles de consejos que me reconforten. Me niego a creer que no será lo mismo. No puedo darme por vencida a perder así de fácil mi felicidad. En el momento en el que el dolor pasa a ser físico te das cuenta de que tu amor ha sobrepasado ciertas barreras y de la magnitud del mismo.

"Me moriré de ganas de decirte que te voy a echar de menos"

No hay comentarios:

Publicar un comentario