lunes, 2 de abril de 2012

Que sea cierto el jamás.

Cuando pensabas que ya lo sabías todo, que no quedaba nada para sorprenderte, llega él y lo consigue con 7 letras : GRACIAS. Y tú te preguntas por qué. Por qué es él el que te da las gracias cuando eres tú la que tienes tanto que agradecerle. Y consigue con sus palabras que broten de los vértices de tus ojos las gotas de agua más bellas : es la felicidad que desbordas en forma de lágrimas. Sí, has descubierto que también se puede llorar de felicidad, y todo porque él te ha dicho que le aportas más de lo que pensabas, que le ayudas a seguir con lo que le gusta, que le empujas hacia su nube. Y tú no puedes sentirte más orgullosa. Tú, que te sentías pequeña, casi insignificante a su lado porque pensabas que no tenías nada que ofrecerle. Pero él no entiende que la que tiene mucho más que agradecer eres tú. Agradecerle el sacarte una sonrisa cada día, el haber curado heridas del pasado, el hacer que quieras aprender cada día un poco más, el querer hacerte mejor persona, el haberte sacado de la oscuridad en la que estabas sumida sin saberlo, el volver a sentir... y un largo etcétera que un par de palabras no pueden abarcar. Desearías abrazarle en ese preciso instante, pero la distancia te lo impide, aunque sabes que en unos días volverás a respirar con normalidad cuando lo tengas a dos centímetros de ti.
"Y me dejo el alma cuando escribo en la ventana: "que sea cierto el jamás" "

No hay comentarios:

Publicar un comentario