lunes, 7 de marzo de 2011

Comparaciones.

Malditas comparaciones. Muchas veces las hacemos inconscientemente y a veces duelen. Otras veces las hacemos para autoconvencernos de que una decisión ha sido la correcta, otras para ver que no es así. Otras simplemente, en vez de pedir explicaciones, pides una comparación. Pero, ¿por qué las hacemos si sabemos que cada situación, cada persona… es diferente?  Quién sabe. ¿Para hacernos creer que otro se ha equivocado y  que nosotros éramos mejor elección? ¿Para vivir con esa satisfacción?
Sólo cada uno conoce la respuesta a esta pregunta…
Y dime… ¿Cuál es tu razón?

No hay comentarios:

Publicar un comentario